BIENVENIDO AL LUGAR DONDE DEJO AQUELLAS IDEAS, SENTIMIENTOS, LOCURAS QUE HA VECES QUE ME QUEMAN EN LA GARGANTA POR SALIR, ME ASALTAN DE MADRUGADA O SIMPLEMENTE ME RONDAN AN LA CABEZA AL IR EN METRO.

PD. SE VALORARÁ LA PARTICIPACIÓN POPULAR ;-)



lunes, 30 de mayo de 2011

HABITACIÓN 707

-"NO TE CREAS NADA"
Eso es lo que me repetía el último resquicio de objetividad que me quedaba, mientras me iba  acomodando en la butaca. Deslizándome como en una suave pendiente. Prendiéndome de una sonrisa.
No sé si recordais al gato de Chesaire de Alicia en el país de las maravillas. Yo sí, sabéis que soy una chica Disney. Aquel gato listado que desparecía dejando en el aire tan sólo una sonrisa. Si existe el equivalente humano, está frente a él.
Suelo ser una persona bastante reservada, exceptuando estás entradas de las que casi nadie sabe, y allí estaba, delante de un perfecto desconocido hablando de lo divino y lo humano, sin importarme la hora, ni el cómo ni él cuando... Sin sentirme cuestionada.
-"ES UN MENTIROSO PROFESIONAL". Me repetía mi conciencia con sensatez.
Lo sé. Sé que me esta mintiendo en la cara y aún así desearía que está noche no acabara. Que se detuviera el momento, que el mundo se acabará. Sé que  esto es un sueño del que mañana no quedará nada y del que me voy a despertar de un brusco golpe...
Te preguntas una vez más cuando perdiste el norte. ¿Cómo he llegado aquí?


A veces la vida te sorprende, a veces te sorprendes a ti misma.
Es primavera, aprieta el calor y tengo la hormona desatada. Eso es lo que me ha traído  a la habitación  707. Todo estaría dentro de una normalidad si no fuera por la sonrisa de Daniel y como me miran sus ojos azules. Daniel es una más encantador en persona, te dice lo que quieres oír con técnica estudiada para  agasajarte sin que se vea que  te está haciendo la rosca. Te hace reír, es ingenioso, dulce, tiene un trato exquisito y una conversación inteligente. Y parece que él también se lo esa pasando increíblemente bien. Lo que iba a ser un polvo de una noche se está revelando como una aventura  diferente mucho más difícil de manejar emocionalmente.

Empecemos por el principio. Andado por la red  conoces a un chico (lo que hace al aburrimiento). Empiezas a hablar con él, (hasta aquí todo normal). Parece un buen tipo, gracioso, no va  a saco, tiene una conversación amena... Tras unos días de paliqueo, te tira los trastos con gracia (vaya, vaya...)  para confesar más  tarde que no es libre. Saltan todas mis alarmas. Demasiado bonito para ser verdad. Bueno, pues hasta aquí hemos llegado. Pero el tipo tiene labia,  y sabe como picar mi curiosidad y va venciendo mi resistencia. Total por hablar no pasa nada ¿no? Con nocturnidad y alevosía continuamos nuestras charlas, nos vemos  por Cam (madre mí, madre mía,... Control. Mantente firme en tus convicciones). Hasta que un día te invita  a conoceros. ¿Qué mal puede hacer una cervecita? tengo controlada la situación.  ¡Así sales y te distraes mujer! Error.

Así es como terminas en la terraza de un hotel, hablando 4 horas con alguien que realmente es un extraño, pero que conecta contigo (quizás la botella de vino tuviera algo que ver, no te digo yo que no). Estamos relajados, nos contamos nuestra vida. Escuchándonos con respeto, coincidiendo en pensamientos, en gustos, riéndonos. Nos hubiéramos quedado  de tertulia toda una eternidad, pero bueno una cosa llevo a la otra y terminas en la habitación 707. La noche se te va en un suspiro. Simplemente todo está en su sitio. Compartimos una intimidad más allá del puro sexo. Como hacía años no compartía con otra persona. Es absolutamente perfecto y efímero.  Se irá con el primer sol de la mañana.
Es el argumento de una peli romántica, es una noche que existió para esfumarse. Que te deja flotando, colgada de una sonrisa sabiendo que no hay un final feliz. Daniel es de otra, de otra que no sabe que hoy fue tuyo. Que la engaña por qué es un cínico descreído en el amor. Sabes que miente más que habla pero... ¡qué hermosas las mentiras que inventa para mí! Sabes que por unas horas se ha quitado la máscara porque tú no lo juzgabas. Que habéis tenido un momento de felicidad y que has caído por el agujero de la madriguera del conejo blanco.

Después de esto solo pude ocurrir lo siguiente:
1- Que nos reencontramos y sea un desastre, deshaciendo el hechizo (las expectativas son altas, lo que hace que también se mayor la decepción). Arruinando un bonito recuerdo.
2- Que se repita, retomando donde los dejamos. Convirtiéndome en el tercer vértice un triángulo que nunca puede acabar bien. Porque no voy a conseguir jamás fiarme de él.
3- Que se no vuelva a saber de Daniel y que me quede con más ganas. Que esta sea una historia que contar a mis nietos. (Esta es probablemente la opción más plausible)

 De momento sigo mirando diariamente mi email sin saber si quiero o no tener noticias. Seguiremos informando...

Él [el Gato de Cheshire] se desvaneció muy lentamente, comenzando con la punta de la cola y terminando con la sonrisa, la cual permaneció allí durante algún tiempo después que el resto hubiera desaparecido.” -  Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas (1865)

miércoles, 18 de mayo de 2011

Habia un vez.... ( a todos nos contaron cuentos)

Siento decirlo, pero alguien tenía que ser. Walt Disney ha hecho mucho mal.  Pero mucho, mucho. No, no me miréis con esa cara, es cierto.
¿Quién ha metido en nuestro subconsciente infantil la idea de un amor romántico, único, para siempre? Culpable el amigo Walt.
¿Quién nos ha dicho desde pequeñitas que las princesas van de rosa y que existe un príncipe azul al que aguardar? Mr. Disney ,again.
¿Qué el amor todo lo puede? El mismo otra vez.
¿Qué la gente puede echarse a cantar donde quiera? Culpable, culpable, culpable.


Crecí queriendo ser una princesa. Y no una cualquiera, una princesa Disney. Y como yo, otras muchas. Suspirando, expectantes… con una canción en los labios. Cursis, dependientes. Y admitámoslo, no espacio para tanta reina.
 Es fácil culpar al tío Walt, aunque sepamos en el fondo que la culpa es nuestra, que queremos creer. Deseamos saber que seremos rescatadas,  amadas, cuidadas y tendremos un final feliz sólo por ser vos quién sois. Ains…
Ahora mismo, me voy trasformando en una canción de Sabina.  Y si ponemos que hablo  desde Madrid, ya no quiero ser una princesa. A ver: Si tengo que vivir con 7 tipos como Blancanieves cuidándolos, cocinado etc.…me da algo, todo el día en casa. Pero luego no mejora la cosa ¡que se va con el primer necrófilo que la besa! La bella durmiente espera durante  ¡100 años! Leches. Como se le acabe la pila al GPS del príncipe estamos jodias. Que seguro que por sí sólo no es capaz de encontrar el castillo, no te digo ná matar el dragón. Hum,.. empiezo a comprender porque fueron 100 años..La cenicienta se casa con un fetichista de los pies. A Jazmine, Aladín la tima como un chino (para mí que iba por su pasta). No te quiero hablar de lo aburrida que está Bella con el “gafapastas” en que se ha convertido la Bestia. A Nala, el rey león la tiene todo el día dando el callo en sabana. Pocahontas se cruza el charco solo para encontrarse que el capitán Smith está casado con otra (¡ay bribón!). Y la serenita, ejem… digamos que no va precisamente a casa por navidad. Con este panorama, casi casi que me quedo como estoy.
Yo no quiero un príncipe (a menos que sea el de beckelar que entonces me lo pienso), sólo un compañero que ande parte de este camino  conmigo.  No necesita ser  genio ni tener la sonrisa perfecta, ni derrotar al malo. No necesito ser salvada. Solo la voluntad de estar aquí, de ser sincero, de no tener miedo a sentir. No quiero que sea eterno, quiero que sea presente. Con sus alegrías y su míserias. Hasta que nuestro camino se tengan de volver a separar. Porque el camino acompañado siempre se hace más  ameno.

domingo, 15 de mayo de 2011

No conocí el naranjito.

Yo no conocí el naranjito. Es un hecho anecdótico, pero sitúa en el tiempo. Este simple hecho hace que sea de una generación  extraña; tanto que no tenemos ni nombre. No somos la generación X, ni los NINIs, ni siquiera la de las redes sociales.
Somos el último reemplazo de la EGB, aquellos que todavia jugaron en la calle, al tetris en bares llenos de humo.Conocimos a Marco, Heidi y a Chanquete en difereido, la tele con dos canales y no todos teniamos ordenador.(Yo he pasado a limpio los trabajos en la máquina de escribir de papá, fui feliz al descubrir la  "Encarta" y me beneficié  más tarde de la wikipedia). Jugamos al Supermario cuando era bidimensional y lo hacimos en nuestras gameboys que pesaban como ladrillos.

 Somos un generación perdida. A caballo ente dos épocas. Sabemos lo que es la movida pero no la vivimos. Sobrevivimos al VIP tarde, a Leticia Sabater y nos sabemos la canción de los frutis,de Yupi y  de los caballero del zodiaco, pero los pokemon ya nos cogieron grandes. Usamos la ropa de nuestros hermanos mayores y estaba demodé para nuestros primos pequeños. Leímos tebeos antes que cómics de los que nos hemos hecho fans. Recordamos quedabas el sábado por el  telfono fijo, aunque preferimos mandar un sms, generalmente sin demasiadas abreviaturas. Hecimos emoticonos en el mensenger solo con signos de puntación. ;-)
Nos ha dado timepo de vivir en muchas pieles: fuimos heavys, grunges y bakalas,.. nos reciclamos en triunfitos. Algunos llegaron a ser indies. Y a medida que se acerca la treintena y los amigos  pasan por esa "meta" vital tenemos otros más jovenes que les llaman abuelos, y "abuelos" de treientay tantos que nos dicen: "ya estás ahí casi casi"...nos empiezan a asaltar las dudas existenciales. Los treinta. Los teinta y sin tener una identidad de grupo. Sin vender un escoba.
Nos creimos que estudiar una carrera nos haria alguien en la vida, que teniamos que ser "gente de bien". No dejamos de ser la resaca del mundial, de viejos esquemas que otros desmontaron deprisa y adaptandonos como podemos a los tiempos modernos para no ser unos "viejunos". Ya nos hemos dado cuenta de que el mundo no es como nos lo contaron, pero seguimos impávidos y sin movernos. Problablemente semos la generación más desencantada y pasota sobre la faz de la tierra. O puedes solo puedes ser un momento nóstalgico provocado por que mi madre me ha mandado si primer mensaje en facebook y mi  sobrino me ha preguntado exactamente como funcionaba un walkman. O_o